martes, 22 de noviembre de 2016

An Apple a Day Keeps a Doctor Away

En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
Hechos 20:35

Daniel se detenía con la luz roja del semáforo cuando manejaba hacia su trabajo. Iba pidiendo a Dios de que le diera la oportunidad de ayudar a alguien durante ese día que recién iniciaba. Miró lentamente hacia su derecha y pudo notar a un mendigo que hurgaba en un zafacón de basura, como si buscara algo para comer.

Bajando el cristal de su vehículo, Daniel llamó al mendigo y le ofreció una manzana que llevaba envuelta como merienda.  El mendigo agradeció y le dijo: Dios te bendiga.  Daniel agradeció también. La luz del semáforo continuaba en rojo.  El mendigo se alejaba del vehículo develando la envoltura del alimento que le había entregado Daniel y cuando se dio cuenta que era una manzana, se dirigió nuevamente al vehículo y replicó: An apple a day, keeps a doctor away. Daniel sonrió y agradeció, el mendigo sonrió también y se alejó.  La luz del semáforo cambió y Daniel se dirigió muy contento a su trabajo, mientras repetía esta frase que traducida al español significa: Una manzana al día te mantiene alejado del doctor.

Jesús nos anima a este tipo de acciones cuando nos dice que "Mas bienaventurado es dar que recibir". Cuando das sin esperar nada a cambio, tus manos no retornan vacías, sino que vienen llenas de satisfacción, de amor y de paz, aunque en ese momento no te des cuenta. Daniel le dio de comer a alguien que no conocía y el mendigo le otorgó un viejo consejo sobre cómo cuidar su salud a través de la alimentación saludable.  Ambos se dieron cosas. Sin saberlo, ambos fueron bienaventurados.

Que Dios te bendiga abundantemente.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Sonido de Lluvia

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Mateo 11:28

El camino parecía interminable.  Llevábamos más de 40 minutos en una carretera rural con muchos obstáculos para alcanzar el lugar de la excursión que habíamos planificado junto a algunos compañeros de trabajo, casi un mes antes.  Recuerdo que mientras el bus avanzaba, hacíamos chistes, nos reíamos, hablábamos y hacíamos un sinfín de cosas, pero no llegábamos.  Parecía como si el paisaje se repitiera.

Muchos árboles alrededor de las cuestas por donde pasamos. Casas aisladas nos hicieron saber que había pocas personas por allí.   En algún momento del trayecto pensé: ¿valdrá la pena el haber venido?  Luego supe que sí...

Al fin llegamos al lugar de la excursión, su nombre es Paraíso Caño Hondo, situado en mi amada República Dominicana.  Un sitio hermoso entre las montañas cerca de la bahía de Samaná, que destila un aire de pura naturaleza.

Al ir acercándonos a la recepción para registrar nuestro arribo, se percibía desde lejos el sonido de una fuente natural, que daba la sensación de estar escuchando una de esas tímidas lluvias que nos hacen sentir paz.  De inmediato llegó a mi mente Jesús, que nos invita a ir a él sin importar cuán difícil sea el camino, cuantos obstáculos encontremos o si el paisaje parece siempre igual. Estoy seguro que cuando nos toque llegar a su presencia, nos convenceremos de que, al igual que en la excursión con mis compañeros de trabajo, valió la pena el trayecto.

Ven a Jesús, confiésale tus pecados, arrepiéntete, comienza otra vez con más fuerza y vive de ahora en adelante los momentos de tranquilidad y esperanza que recibes cuando descansas en el glorioso hijo de Dios sin importar tus cargas. Ven y experimenta el sonido de la lluvia después del largo camino.

Que Dios te bendiga abundantemente.

Retorno Seguro

Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al c...