viernes, 16 de febrero de 2018

Retorno Seguro

Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Hechos 1:11

Quizás todos los días son parecidos para enseñarnos algo diferente. Hace un tiempo atrás, mientras me preparaba para ir al mercado a comprar algunas provisiones, me percaté de que mi familia estaba muy convencida de que yo retornaría a la casa cuando terminara de adquirir los alimentos. Pude sentir una serena confianza de que tanto mi esposa como mis hijas me esperaban de vuelta. Estaban seguras de que estaría nuevamente con ellas en un corto tiempo.

Mantuvimos comunicación telefónica mientras estuve ausente. Llegué a mi lugar de destino, seleccioné algunos artículos, terminé mi labor y emprendí el camino de retorno a casa. Al arribar a mi hogar, mis hijas me recibieron de una manera muy familiar porque estaban confiadas de que yo volvería; no había duda ni rastros de desconfianza. Toda mi familia estaba convencida de mi promesa de volver se cumpliría.

Antes de Jesús ascender al cielo el prometió su retorno. Imagino que quienes estuvieron presentes en ese ultimo encuentro, notaron que el maestro hablaba en serio. El nos aseguró que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo y que el volvería a los suyos. A quienes le esperan. No importa el tiempo que pase, si Jesús prometió que retornaría, podemos estar seguros que en cualquier momento se presentará.

Preparemos nuestras vidas para recibir con júbilo a nuestro Rey y padre celestial con los brazos y el corazón abiertos.

Que Dios te bendiga abundantemente.

sábado, 29 de julio de 2017

Trentidos Ocho

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos
Salmos 32:8

Entregarse de corazón a Jesús es un evento decisivo que produce un profundo cambio en la vida de la persona que toma la decisión de hacerlo.  La conversión, como también se conoce, no es más que reconocer mis faltas delante del Señor e iniciar una vida de crecimiento, acción y aprendizaje sobre el amor de Dios y el amor a mi prójimo, teniendo la seguridad de que el Señor nos guía en todo momento a partir de este nuevo nacimiento.

Una mañana, cuando yo era recién convertido me sentía muy abrumado por el nuevo rumbo de mi vida.  Recuerdo que estaba llorando y me hacía preguntas como: ¿cambiaré ahora con mi familia? ¿Qué dirán mis amigos? ¿Dejaré las cosas que me gustan? ¿Cómo podrá una persona como yo agradar a Dios?  No había pasado mucho tiempo, cuando recibí un mensaje de texto citando a Salmos 32:8 que decía: Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.

Cuando recibí este mensaje, algo ocurrió en mí.  Mis lágrimas cesaron.  Mi corazón se sintió confiado y seguro. Aprendí que Dios nos invita a dirigirnos a su camino conociendo nuestras más grades debilidades y nuestros temores más ocultos. Es un consuelo saber que cuando entregamos nuestra vida a Dios, el mismo es quien nos toma de la mano y nos guía paso a paso en nuestra nueva vida por siempre.

Que Dios te bendiga abundantemente.

jueves, 30 de marzo de 2017

Diez Maneras de Amar

Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
Santiago 2:15-16

En toda su esencia Dios es amor.  Recientemente recibí una imagen donde se resumen diez maneras de amar según la biblia e inmediatamente supe que hablar del amor y practicarlo es una de las formas más puras de acercarse a nuestro creador universal.  Aquí les dejo estas diversas maneras bíblicas de amar para ser practicadas con nuestro prójimo y con nosotros mismos:

1. Escucha sin interrumpir

Al que responde palabra antes de oír, Le es fatuidad y oprobio. (Proverbios 18:13)

2. Habla sin acusar

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; (Santiago 1:19)

3. Da sin reservas

Hay quien todo el día codicia; Pero el justo da, y no detiene su mano. (Proverbios 21:26)

4. Ora a menudo

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, (Colosenses 1:9)

5. Contesta sin pelear

Mejor es un bocado seco, y en paz, Que casa de contiendas llena de provisiones. (Proverbios 17:1)

6. Comparte sin fingir*

Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. (Mateo 5:42)

7. Alégrate sin quejarte*

Haced todo sin murmuraciones y contiendas, (Filipenses 2:14)

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4)

8. Confía sin titubear*

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. (Marcos 9:23)

9. Perdona sin castigar

Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. (Colosenses 3:13)

10. Promete sin olvidar

La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido. (Proverbios 13:12)

* Citas diferentes a las del mensaje original.

Que Dios te bendiga abundantemente.

Gracias Kreily por compartir tan hermoso mensaje.

jueves, 26 de enero de 2017

El Banco de Dios

Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mateo 6:21

Un depósito bancario es la operación comercial mediante la cual se incrementa la cantidad de dinero de una persona. Es decir, mientras más dinero deposito, más aumenta mi balance. Esto me llevó a pensar en que si Dios tuviera un banco, ¿Qué tipo de depósitos yo llevaría?, ¿Cómo aumentaría el balance de mi cuenta en el cielo?

Recordé entonces que Dios es amor (1 Juan 4:8), por lo que para aumentar el valor de mi cuenta en el cielo, debería hacer depósitos espirituales que vayan de acuerdo a la naturaleza del Señor.  Después de un largo rato pensando, concluí que debía hacer depósitos de amor.

Los depósitos en el cielo no se obtienen guardando amor, sino dándolo a todos sin reservas. Mientras nuestra cuenta terrenal aumenta depositando dinero, nuestra cuenta celestial, por el contrario, aumenta dando todo el amor que podamos sin distinción. No es algo fácil, porque es una cuenta que aumenta mientras más se demanda de ella.  A diferencia de nuestra cuenta terrenal, en la que vemos números que van aumentando, en la cuenta del amor no podremos ver el balance hasta que nos toque vivir en la ciudad donde se encuentra el banco de Dios.

Hace ya mucho tiempo, Jesús abrió este banco solo para depósitos.  El pagó todas sus futuras deudas con la mayor muestra de amor conocida: entregó su vida para abrir nuestras cuentas. Concéntrate en él, acéptalo y deja que te enseñe como llegar a construir una gran fortuna en el cielo, a través del amor a Dios y a tu prójimo.

Que Dios te bendiga abundantemente.

sábado, 21 de enero de 2017

El Angel Horrorizado

Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
Apocalipsis 22:9

En la visión apocalíptica, cuando el ángel terminó de dar el mensaje sobre lo que serían los últimos tiempos al apóstol Juan, este quedó absorto.  Con reverencia dobló sus rodillas que no paraban de temblar, como si sus nervios cobraran vida por sí mismos.  Luego de caer al piso, inclinó su cabeza para pegar la frente al suelo en actitud de adoración hacia aquel corresponsal divino.

El ángel se mostró muy sorprendido.  Un  extraño escalofrío hizo que se erizaran los bellos de sus brazos. Sus pupilas se dilataron, su respiración se tornó fría y se podía sentir de lejos su ansiedad. Se aceleraron los latidos de su corazón notándose a leguas la agonía de este ser inmortal.  Junto a todas estas sensaciones, sin perder tiempo, tragó en seco por su  garganta trabada y le pidió a Dios fuerzas para comunicar con firmeza a Juan estas palabras que le dijo: No te postres ante mí, porque tú y yo somos siervos del Dios altísimo a quien debemos toda la gloria.  Adora al Señor.

Este relato nos enseña que solo a Dios se debe toda la gloria, la honra y el honor.  La gloria de Dios es algo en lo que debemos meditar hasta donde nuestros sentidos soporten, por el peligro que representa postrarse y adorar otro algo que no sea a nuestro gran Dios.

Cuando estamos conscientes de que Dios es el objeto universal de toda adoración, nos sentimos seguros de no doblar nuestras rodillas ante ningún hombre, mujer o entidad que no sea nuestro Dios. Al pensar un poco en la gloria de Dios, nos damos cuenta de que todo ser humano merece respeto, amor, cuidado y admiración, pero no adoración.

La grandeza de la gloria de Dios nos hace saber que ningún ser humano tiene más valor que otro. Todos somos iguales, independientemente de nuestra condición: presidentes, reyes, pobres, ricos, poderosos, mansos, guerreros, no representan diferencias fundamentales ante Dios.

El ángel de esta historia, le hizo saber al apóstol Juan esta gran realidad: El Señor es el único objeto de adoración en todo el universo. Adorarle a él.

Que Dios te bendiga abundantemente.

Retorno Seguro

Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al c...