sábado, 29 de julio de 2017

Trentidos Ocho

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos
Salmos 32:8

Entregarse de corazón a Jesús es un evento decisivo que produce un profundo cambio en la vida de la persona que toma la decisión de hacerlo.  La conversión, como también se conoce, no es más que reconocer mis faltas delante del Señor e iniciar una vida de crecimiento, acción y aprendizaje sobre el amor de Dios y el amor a mi prójimo, teniendo la seguridad de que el Señor nos guía en todo momento a partir de este nuevo nacimiento.

Una mañana, cuando yo era recién convertido me sentía muy abrumado por el nuevo rumbo de mi vida.  Recuerdo que estaba llorando y me hacía preguntas como: ¿cambiaré ahora con mi familia? ¿Qué dirán mis amigos? ¿Dejaré las cosas que me gustan? ¿Cómo podrá una persona como yo agradar a Dios?  No había pasado mucho tiempo, cuando recibí un mensaje de texto citando a Salmos 32:8 que decía: Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.

Cuando recibí este mensaje, algo ocurrió en mí.  Mis lágrimas cesaron.  Mi corazón se sintió confiado y seguro. Aprendí que Dios nos invita a dirigirnos a su camino conociendo nuestras más grades debilidades y nuestros temores más ocultos. Es un consuelo saber que cuando entregamos nuestra vida a Dios, el mismo es quien nos toma de la mano y nos guía paso a paso en nuestra nueva vida por siempre.

Que Dios te bendiga abundantemente.

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